lunes, 16 de agosto de 2010

Combo: película mala en cine de barrio

Sin duda hay infinidad de cosas buenas en la vida, pero si acortamos los campos, ir a ver una película a un cine de barrio, cuyas salas suelen estar vacías es genial. Si a esto le sumamos una grata compañía y una peli poco interesante (de esas que uno puede dejar de prestar atención durante varios minutos sin perderse) es aún más genial.
El cine es un cliché, no se si será por la oscuridad o por qué, pero besarse en el cine es una de las escenas más trishadas que puede haber. Lo lindo, rico e interesante es cuando los besos van un poquito más allá.
No recuerdo qué película fui a ver, seguro era una de esas típicas yankies, con acción, algún galancito y una de esas minitas que aún siendo mujer (y no lesbiana) le partirías la boca (y alguito más también, porqué no?). De más está decir que fui acompañada por un chico con el cual tenemos mucha mucha piel, no podemos darnos un rico beso sin que nos empecemos a calentar. Automáticamente después de que nuestros labios y nuestras lenguas se saborean por unos instantes yo me empiezo a humedecer y él a endurecer. Y así fue, en alguna escena poco interesante empezamos con un beso inocente, de boca cerrada y seco, lentamente nuestras lenguas comenzaron a humedecer los labios del otro para luego, sin pedir permiso, entrelazarse en un beso de pura pasión. Yo ya tenía ganas de subirme arriba de él y que despacito me empezara a penetrar, pero no daba, después de todo estábamos en un cine y mal que mal había un poco de gente...
Besos, humedad, pasión, calor, mucha saliva y perder el control de las manos, que ya no se quedan quietas, acarician, tocan, sienten la energía de la piel del otro y los cuerpos se estremecen.
Con tanta saliva en la boca dispuesta a humedecer incline mi cabeza hacia la falda de mi acompañante, desabroché su cinturón y uno a uno los botones de su pantalón de jean, y sin usar las manos y con mucha suavidad llené toda mi boca de su miembro erecto. Despacio, mi lengua lo recorría mientras lo humedecía en toda su extensión, después con un poco más de ansiedad y ayuda de las manos incrementé la velocidad y hasta le sume un poquito de violencia, mi cuerpo seguía pidiéndole que aquello que estaba tan cómodo adentro de mi boca entrara en otro lado y se bañara de mis tibios jugos, pero seguí así, y sólo paré cuando toda mi boca pudo saborear los suyos.
Acto seguido, pudimos seguir disfrutando de la película...

No hay comentarios: