Anoche soné rico. (Me gusta el adjetivo rico para describir cosas y/o situaciones que no tienen tanto que ver con el sentido del sabor.)
Dos amigos, yo, una casa. Parecía ser la casa de alguno de ellos, pero distinta a la real.
Muchas pinturas de diveros colores, una gran cartulina blanca y varios pinceles.
Hasta acá muy divertido. Tres amigos pintando con pinturitas de colores.
Uno (C) sale de cuadro, creo que había ido a comprar coca, puchos o algo, ni idea.
El otro (N) y yo nos quedamos.
Entre pincelada y pincelada me da un beso.
Entre pincelada y pincelada me da otro beso.
Entre pincelada y pincelada me abraza de atrás (y si hay algo que a mi me puede es que me abracen de atrás, soy muy débil ante esa acción).
Siguiente escena (a veces cuesta recordar fehacientemente la cronología exacta de los sueños)
N y yo completamente desnudos, con los cuerpos pintados de colores cogiendo. Obviamente hasta acá mucho más divertido.
De repente vuelve C a cuadro, con sonrisa y mirada complice entre los tres quedo claro que estaba invitado a unirse.
Y así fue.
Tres amigos, pintando, pintados, garchando, garchados.
lunes, 13 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario