Me gustaría entender porqué me gusta tanto garchar. Bueno, si, a todo el mundo (relativamente sano de la psíquis por lo menos) le gusta, pero entonces a mi me encanta de sobremanera.
Es, sin duda, uno de los pensamientos más recurrentes en mi cabeza.
Camino por la calle, veo gente y enseguida me imagino en distintas situaciones, distintos escenarios, distintas posiciones, pero el mismo acto, cogiendo. Por lógica no me pasa con todos, pero debo decir que con el mayor promedio de hombres que oscilan entre 20 y 40 definitivamente.
Ojo, tengo algún que otro requisito, un poquito de atracción tengo que sentir, pero es ese mi problema, creo que todos de alguna manera me atraen. Y si no, si no me atraen para nada me imagino la situación de ser violada por esa persona. No es que me calentaría que me violaran, obviamente que no, pero de alguna u otra manera pienso en sexo.
Viajar en colectivo es casi un entretenimiento para mi.
Parada, sube alguien, lo miro y ya me remonto en situaciones impensadas. Y así en todas.
Podría compararme con una chiquita en la entrada de un parque de diversiones que mira desde afuera los distintos juegos, recreando en su imanación su propia imagen en cada uno de ellos.
Así es, yo recreo en mi imaginación mi propia imagen cogiendo con alguien, a veces alguien en especial, alguien que conozco, y muchas otras simplemente alguien, un cualquiera.
lunes, 6 de julio de 2009
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